El pasado mes de junio se celebró en Valencia la gala de los "Óscar" de la gastronomía mundial, The World's Best 50 restaurants que todos los años publica la lista de los cincuenta mejores restaurantes del mundo y que este año ha decidido elegir (primera vez en América Latina) a Central, que desde 2015 siempre estaba situado en las primeras posiciones, como el mejor.
Y es que Central, la joya de la corona de Virgilio Martínez y Pía León es, más que un restaurante, la muestra del ecosistema andino a través de una gastronomía cuidada que busca y cocina través de la investigación que se hace en Mater Iniciativa, centro neurálgico donde se trabaja con los productos de la gente que mejor los conoce: los pequeños productores indígenas.
Su web sorprende. Sinceramente, uno no espera encontrar tanta dedicación, tanta belleza y tanta implicación en un "restaurante". "Comer en Central o Mil implica más que una comida, es toda una experiencia peruana. Sumérjase en los ecosistemas peruanos desde el nivel del mar hasta las montañas de los Andes, con un menú diverso...", leemos mientras nos deleitamos con las preciosas fotografías de los platos que nos proponen. Pero aún hay más.
Investigación, sostenibilidad, aprecio por el trabajo y esfuerzo de las comunidades indígenas... Una propuesta que recorre, desde las profundidades del mar hasta las grandes cimas andinas a más de 4050 metros, atravesando la amazonia, los valles y la costa desértica, la geografía de este inmenso y precioso país. Una propuesta que pone en valor el trabajo de las comunidades indígenas así como la calidad y variedad de productos de la gastronomía peruana.
Seguimos navegando por la web, donde no paramos de sorprendernos, y descubrimos Mil. Emplearé el texto de presentación para explicar algo que va más allá de lo que entendemos por degustación gastronómica. "Es una invitación a hacer una pausa y cambiar de ritmo, a mirar el mundo desde otra perspectiva. Disfrutar la propuesta de cocina inspirada y alineada con el entorno, además de conectar con el día a día de las comunidades campesinas que nos rodean, sus costumbres y tradiciones milenarias bordeando el centro arqueológico de Moray."
¡Es realmente impresionante! Arqueología, antropología, historia, botánica... Un compendio de actividades como acompañar en el trabajo a los campesinos de las comunidades Mullaka´s Misminay y Kacllaraccay, supervisar el reconocimiento y recolección de plantas acompañados de expertos, visitar centros locales donde las mujeres hilanderas utilizan algunas de las plantas para sus tintes, cerámica, cacao, semillas... hasta llegar a la última parada, un menú degustación donde garantizan "un viaje único". Sin ningún genero de duda, lo será.
Si alguien está pensando en reservar deberá esperar hasta el 30 de septiembre. Lo tienen todo completo. ¿El precio? Os dejamos el enlace para que lo comprobéis vosotros mismos.
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