El mito cosmogónico llamado POPOL VUH es un relato sobre el origen del mundo y de los seres humanos debido a los mayas quichés del altiplano de Guatemala. Fue transmitido oralmente desde la más remota antigüedad, y puesto por escrito en el siglo XVI usando el alfabeto latino. Obra bellísima cuajada de significados fundamentales que permiten vislumbrar la grandeza de la civilización precolombina, es una cima del pensamiento universal y una atalaya desde la que comprender los esfuerzos de los habitantes del planeta Tierra por dotarse de un lugar en el orden del cosmos.

Irene Amador

"Una investigación etnológica a lo largo de seis años en la comunidad maya-yucateca de Maxcanú".

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En los años 80 del siglo XX participé como etnóloga en el proyecto Oxkintok, investigación arqueológica en el sitio homónimo en la península de Yucatán (México).
La península de Yucatán, como todo el área maya en México y Guatemala, se halla jalonada por lugares arqueológicos que, cuando no han sido rehabilitados y reconstruidos para el turismo, son designados en términos coloquiales como ruinas. Esas ruinas forman parte de las comunidades indígenas pues en muchas de ellas se cultivan las milpas, se caza o se tiene relación con los antepasados mayas. Suelen ser lugares de iniciación espiritual para los h'men, especialistas religiosos.
La investigación etnológica que llevé a cabo a lo largo de seis años en la comunidad maya-yucateca de Maxcanú tuvo como objeto conocer las relaciones que los maya-yucatecos de la zona mantenían con las ruinas arqueológicas. El trabajo de campo permitió corroborar la hipótesis de la que partíamos pues las ruinas seguían formando parte activa en las vidas de las gentes. Una multitud de seres espirituales, fenómenos de todo tipo, visiones y experiencias acontecían en esos lugares y eran narrados a través de la tradición oral.
Del corpus de relatos recogido en ese tiempo cabe  destacar el mito fundacional de la ciudad de Oxkintok, narración que me fue contada por un anciano y sabio maya: don Donato Dzul. Esta historia que transcurre en un tiempo mítico e indeterminado es un relato que reflexiona sobre la identidad indígena y la memoria histórica de un pueblo.
Los maya-yucatecos conceden a la conversación y a la narración de historias un lugar relevante en sus vidas, tanto en lo que concierne a su realidad cotidiana como a la simbólica. La humanidad, como categoría ética, solo se concibe a través de la palabra y el diálogo. Las historias que cuentan les sirven como muletas de vida.
A este mito dedicamos uno de los proyectos de la asociación cultural Ixchel porque entre sus palabras descubrimos el sentido de la vida y de la memoria colectiva, el orgullo de un pueblo que vio derrotar a sus dioses y a sus gentes allá por el siglo XVI pero que tuvo la increíble sabiduría de esconder en los humildes relatos de la tradición oral  la esperanza de un futuro mejor.