El Varón del Sol. Antes y después de la agresión
Parece que se haya puesto de moda atentar contra un patrimonio que es de todos yen cualquier parte del mundo. Ahora le ha tocado a este pictograma de más de dos mil años de antigüedad.
Se catalogó por primera vez hace décadas: un rostro, algo parecido a unas alas y una corona de rayos alrededor de la cabeza. Su nombre, como el de la ciudad: Xuacha (Soacha), en lengua muisca, Xua (sol) y Cha (varón), este varón del sol que durante siglos estuvo tranquilo en una gran roca ahora está cubierto de una espesa pintura negra y tres siglas: FCR.
Amaneció así a inicios de mayo y todavía no se sabe nada sobre la autoría o la motivación, aunque seguramente, todo apunta, sea fruto de la venganza por el desalojo de las numerosas construcciones ilegales que hay en unos terrenos que son privados precisamente para protegerlos.
Para el colectivo Repatriacción es un espacio sagrado, y antes de acercarse a la roca, Jonathan Ángel y su compañero Breydi Rivas realizan una ofrenda a la tierra y mascan hojas de coca. Junto a la la fundación Fihizhká y la Veeduría de Protección Ambiental y Animal de Soacha (PAYAS), mantienen un registro del patrimonio arqueológico de la ciudad, e intentan enseñar su valor. Es un modo de proteger lo que otros intentan destruir.
Es en las alturas donde Soacha tiene la mayoría de su vasto patrimonio arqueológico: más de noventa lugares de conservación y más de doscientos sitios con arte rupestre. Uno de ellos la Piedra del Infinito, una enorme roca con una franja de más de seis metros de pictogramas. Otro a pocos metros de la roca donde está el Varón del Sol, pero este tuvo más suerte: pasó desapercibido. “Soacha tiene esta fortuna, que mires donde mires, cualquiera de estas montañas tiene arte rupestre”, exclama Breydi Rivas.
Piedra del Infinito
Menos mal que lo que para unos no tiene ningún tipo de valor otros se afanan en conservarlo. Esperemos que un intenso trabajo de divulgación y el Plan de Manejo Arqueológico (PMA), elaborado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) en 2020 sean suficientes para que el patrimonio arqueológico colombiano no se vea puesto en peligro con tanta facilidad.
Imagenes: Mar Romero Sala
Artículo completo en: https://elpais.com/america-colombia/2024-07-28/los-pictogramas-de-soacha-una-ciudad-que-devora-su-memoria.html#
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