Máscara de jade. Fotografía: Francisco Estrada-Belli/Universidad de Tulane
La tecnología Lidar le sigue deparando a la arqueología gratas e increíbles sorpresas, como en el caso de la investigación que lleva a cabo la Universidad de Tulane (Nueva Orleans) que ha descubierto en el interior de, hasta la fecha, una pirámide desconocida, una tumba de 1700 años de antigüedad donde se han localizado: una máscara de jade en mosaico, conchas (spondylus) y huesos humanos tallados con inscripciones. En uno de estos huesos aparece el perfil de un hombre que sostiene una máscara de jade como la hallada en la tumba. Los investigadores creen que se trate de un rey hasta ahora desconocido, Itzam Kokaj Bahlam, y las inscripciones vincularían al monarca la ciudad maya de Tikal y con Teotihuacán.
El descubrimiento de esta tumba es crucial ya que "abre una ventana a una época oscura sobre la que tenemos muy pocos textos" asegura el arqueólogo guatemalteco Francisco Estrada-Belli.
Fue el pasado 26 de enero cuando la revista National Geographic daba a conocer que el hallazgo se había producido en el sitio arqueológico de Chochkitam, cerca de las fronteras con México y Belice. Estas ruinas ya habían sido exploradas en 1924 por el arqueólogo danés Frans Blom, uno de los primeros directores del Middle American Research Institute (MARI) de Tulane. Sin embargo, no ha sido hasta la fecha cuando el equipo de Francisco Estrada-Belli que ya comenzó a trabajar en el sitio en 2019 ha hecho un gran hallazgo.
Gracias a la ya mencionada tecnología de mapeo (Lidar) lo primero que descubrieron los arqueólogos fueron los túneles excavados por los saqueadores en una pirámide abandonada en el centro monumental de la ciudad, pero también vieron un espacio que habían pasado por alto. A solo dos metros de donde los ladrones habían dejado de cavar hallaron la tumba, y lo que más sorprendió al equipo es que no resultara dañada. Algo del todo incomprensible pues el techo de piedra de la pirámide se había derrumbado.
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